viernes, 6 de diciembre de 2013

¿Nuevas tareas, nuevos roles docentes en relación a las TIC?

En la sociedad actual, caracterizada por los paradigmas de la comunicación y el conocimiento, se admite que los ciudadanos están insertos en un mundo complejo asociado con el manejo de la información que se produce en todos los ámbitos de la vida humana; lo cual influye en todos los niveles y modalidades del sistema educativo. En ese ambiente de recursos tecnológicos, informáticos y de comunicación, juega un rol importante el desempeño del docente.
La introducción de las nuevas tecnologías en la escuela forma parte de un complejo entramado de decisiones políticas, económicas y sociales. Ahora bien, las Tic llegaron para quedarse y frente a eso, la escuela no puede desentenderse. Sin embargo, la tecnología por si misma no transforma la comunicación ni democratiza el acceso al conocimiento.
Las tecnologías contribuyen a la producción de formas de percepción y por lo tanto, a prácticas sociales de lectura y escritura. Los cambios más importantes causados por las tecnologías en nuestra sociedad, no se producen por las tecnologías mismas, sino por el cambio en las ideas y prácticas sociales que las acompañan: los modos de producción, los modos de circulación y la materialidad de los objetos portadores de las marcas escritas. Nos ofrecen nuevos modos de producción escrita, nuevas herramientas y soportes para la escritura que impactan en nuestras maneras de leer y escribir en diferentes situaciones y teniendo en cuenta diferentes propósitos. Al diversificar los soportes, diversifican las oportunidades.
Por eso se considera que las TIC no son simples herramientas: se constituyen como productos culturales y como dispositivos simbólicos que implican prácticas sociales específicas. Ahora bien, esto nos lleva a interrogarnos si existe una alfabetización única o múltiples alfabetizaciones. Como argumenta Flora Perelman[1], pensar que existen varios tipos de alfabetizaciones, -por ejemplo “la alfabetización digital”-, nos lleva a considerar una concepción que diferencia las prácticas de lectura y escritura en papel de aquellas que se realizan a través de las TIC. De esta manera, se legitiman didácticas escindidas, es decir, distintas maneras de enseñar en uno u otro soporte.
A diferencia de este planteo y siguiendo a Flora Perelman, se considera que existe una única alfabetización, indisociable del contexto histórico y material en el que se produce. La misma supone un proceso de construcción social e individual de conocimientos y está indisociablemente ligada a las prácticas letradas en las que los sujetos son partícipes. “Alfabetizar supone posibilitar que todos los sujetos ingresen en las prácticas sociales atravesadas por la historia cultural, considerando a su vez sus historias sociocognitivas y lingüísticas que le dan identidad.”[2]

Ahora bien, ¿qué papel cumple la presencia de recursos tecnológicos en las instituciones educativas, ¿Su mera presencia garantiza que los procesos de enseñanza y los procesos de aprendizaje se enriquezcan? ¿Cuánto tiene que ver aquí el rol del docente, sus decisiones curriculares, su visión acerca de los procesos educativos, su uso particular de las TIC, su planificación?
El uso de TIC como apoyo a la enseñanza se irá incrementando. El acceso está dejando de ser problema, el problema es qué se hace con esas herramientas tecnológicas para enseñar algo. Por este motivo, como docentes, enfrentamos el desafío de la innovación permanente, la mejora continua de la calidad de la enseñanza, la reflexión sobre los usos de las tecnologías, analizando lo que ellas implican y las posibilidades que brindan.
“El gran desafío, consiste en aceptar los innegables beneficios de las TIC, explorar de inmediato sus potencialidades educativas, ponerse al frente, en la medida de lo posible, en lugar de jugar a retaguardia defensiva. Pero preservar nuestros saberes, conservar nuestra memoria histórica de cambios posibles y exitosos. No confundir piezas aisladas de información con conocimiento, no encandilarnos con las tecnologías pero tampoco condenar a nuestros alumnos a su ignorancia. Hemos luchado durante años para que todos tengan acceso a los libros y las bibliotecas. Debemos seguir luchando porque todos tengan acceso a las nuevas tecnologías de la escritura y la comunicación.” (Ferreiro, E. 2001)”

[1] Perelman, F… [et. al.] (2011) Enseñando a leer en Internet: pantalla y papel en las aulas.1ª ed. Bs As. Aique grupo Editor.
[2] Ídem. Pág. 25

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